.

.
.

30.8.15

Cultura de Valores


EL VALOR DE LA EXCELENCIA PERSONAL

La excelencia personal es un proceso de mejoramiento continuo y armónico de toda las facetas y dimensiones del ser humano (corporal, espiritual, mental y socioafectiva).

Por ser un proceso que no acaba nunca, se requiere de un mejoramiento continuo donde se debe adquirir nuevos hábitos positivos y desechar hábitos negativos.

Esto lleva a hacer las cosas lo mejor que se pueda, dedicar todo el esfuerzo y energía a cada tarea y a cada relación interpersonal, según las posibilidades y aptitudes que cada persona posea; es diferente del éxito o del triunfo.

Practicar la excelencia personal no es tratar de ser mejor que los demás. Sino tratar de dar lo mejor de sí; es el esfuerzo guiado por un propósito noble y humano.



ACCIONES PARA PRACTICAR LA EXCELENCIA PERSONAL

  • La excelencia comienza con un conocimiento realista de uno mismo: fortalezas y debilidades.
  • No hay excelencia sin exigencia.  No hay calidad personal sin esfuerzo. Vencer la pereza y la comodidad es el inicio de la excelencia.
  • Sea sincero con usted mismo: no confunda lo que es con el que le gustaría ser. Pregunté a los demás cómo lo ven, ello ayudará a conocerse mejor.
  • La agresividad, los complejos, los miedos, las manías, van minando la propia seguridad. 
  • La envidia y el orgullo son autodestructores de la excelencia.
  • Dos síntomas de autoestima inapropiada: mirar a los demás con aires de superioridad y la falta de confianza en uno mismo.
  • La excelencia es el convencimiento de que, con la ayuda de Dios y de las demás personas, unidos al esfuerzo personal, puede ser mejor cada día.

Boletín-MFP-DRH 05-2007

El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.     
Cervantes.